La mensajería
instantánea (conocida también en inglés como IM) requiere el uso de un cliente
informático que realiza el servicio de mensajería instantánea y que se
diferencia del correo electrónico en que las conversaciones se
realizan en tiempo real. La mayoría de los servicios ofrecen el
"aviso de presencia", indicando cuando el cliente de una persona en
la lista de contactos se conecta o en qué estado se encuentra, si está
disponible para tener una conversación. En los primeros programas de mensajería
instantánea, cada letra enviada según se escribía y así, las correcciones de
las erratas también se veían en tiempo real. Esto daba a las conversaciones más
la sensación de una conversación telefónica que un intercambio de texto. En los
programas actuales, habitualmente, se envía cada frase de texto al terminarse
de escribir. Además, en algunos, también se permite dejar mensajes aunque la
otra parte no esté conectada al estilo de un contestador automático. Otra
función que tienen muchos servicios es el envío de ficheros.
La mayoría
usan redes propietarias de los diferentes softwares que ofrecen este servicio.
Adicionalmente, hay programas de mensajería instantánea que utilizan el
protocolo abierto Jabber, con un conjunto descentralizado de servidores.